¿Las emociones sirven para algo?
Mucha es la información que hay sobre las emociones, pero qué difícil entender lo que hacen por nosotros.
“Me peleé con mi novio”, “Me despidieron del trabajo”, “Murió un ser querido”, “Aprobé la materia que tanto me había costado”, todas estas son situaciones que despiertan emociones.
Ser descriptivo o relatar hechos suele ser más fácil que registrar o poner nombre a nuestras emociones, ¿no?
Hay razones por las que tenemos emociones. ¡Las necesitamos! Pero…¿Qué hacen las emociones por nosotros? ¿Cuáles son sus funciones? ¿Qué factores hacen difícil o pueden interferir en su regulación?
Si resumimos en tres las funciones que tienen las emociones las podemos enmarcar en: lo que nos dicen a nosotros, lo que les dicen a los otros y qué nos dicen de los otros. Vamos a intentar ahondar un poco en esto:
LAS EMOCIONES NOS MOTIVAN (Y ORGANIZAN) PARA ACTUAR
Si hablamos de emociones, uno de sus principales objetivos es ponernos en movimiento y prepararnos para la acción. A su vez, nos ahorran tiempo para actuar en situaciones. Estas pueden ser especialmente importantes cuando no tenemos tiempo para pensar bien las cosas. Y, por otro lado, cuando hablamos de emociones fuertes, estas nos ayudan a superar obstáculos –en nuestra mente y en el ambiente-.
Vamos a algunos ejemplos: si no hubiera emociones, uno no sentiría la necesidad de consolar a un bebé que llora; un estudiante que no experimenta ansiedad, no se esforzaría tan duro para aprobar un examen; al reducirse la culpa, las personas comenzarían a hacer cosas deshonestas o dañinas.
LAS EMOCIONES COMUNICAN (E INFLUYEN) A LOS DEMÁS