Lo que nadie te dice sobre la ansiedad
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Lo que nadie te dice sobre la ansiedad

¿A qué nos referimos cuando hablamos de ansiedad? ¿Alguna vez la experimentaste? ¿Es una emoción? ¿Cómo puedo combatirla?. Miles son las preguntas en torno a la ansiedad, vamos a intentar definir conceptos claves e intentar explicar qué es lo que nadie te dice cuando hablamos de ansiedad.


¿QUÉ ES LA ANSIEDAD?


Primero comencemos con una definición: Es una emoción orientada hacia el futuro que surge al percibir que no se tiene el control de sucesos impredecibles y potencialmente peligrosos; lo que nos lleva a una focalización de la atención hacia estos. (Barlow, 2002)


Podemos ver que el miedo es muy similar a la ansiedad; la gran diferencia está en que el miedo es una especie de alarma primitiva en respuesta a un peligro presente, que nos activa y lleva a la acción, mientras que la ansiedad es un estado remanente y más duradero ante una amenaza que aún está un poco distante.


Tanto el miedo como la ansiedad son emociones, tienen una función para nuestra supervivencia, por lo que es importante comprenderlas y ver cuando es efectiva y cuando está desregulada, de esta manera veremos cual es el mecanismo de acción.


Cuando estamos ansiosos nos pueden pasar diversas cosas. Por un lado, que aparezcan sensaciones físicas como: taquicardia, inquietud, mareos, tensiones musculares, dolores de cabeza, revoltijos y dolores estomacales. Puede que tengamos formas especiales de ver y pensar las cosas: automáticamente miramos el costado peligroso de las cosas, pensamos especialmente en los obstáculos que tenemos que enfrentar y en todo lo malo que podría ocurrir. Los pensamientos ansiosos suelen ser del tipo: "y si pasa...". Por último, pueden surgir comportamientos particulares, es decir, impulsos a hacer cosas de manera casi automática: ganas de escapar a los problemas que nos perturban, intentos de evitar pensar en ellos (aunque a menudo no lo consigamos, ya que vuelven una y otra vez a ocupar nuestra cabeza), y la tendencia a buscar que nos protejan de lo que tememos.


A veces la ansiedad es nuestra amiga, ya que como vimos con anterioridad, es como una alarma natural que se enciende ante situaciones peligrosas o difíciles (como rendir un examen, estar solo en un lugar desconocido, etc). Prepara a nuestro cuerpo y mente para reaccionar rápidamente y enfrentar aquello que nos preocupa. Cuando estamos ansiosos podemos pensar y correr más rápido, darnos cuenta instantáneamente de las cosas que nos amenazan, pensar soluciones de emergencia en un abrir y cerrar los ojos, etc.


Por otro lado, a veces la ansiedad puede ser nuestra enemiga. Cuando ocurre en forma muy intensa y frecuente, podemos estar constantemente nerviosos y/o temer a cosas irreales o que no son una amenaza verdadera. La alarma de un auto, cuando funciona bien, suena si ladrones intentan robar, pero si funciona mal, puede sonar ante una fuerte corriente de aire, o si alguien inocentemente se apoya en el baúl. Lo mismo pasa con la ansiedad: Si la alarma se desregula, puede sonar ante cualquier cosa. Como resultado, podemos asustarnos y estar ansiosos ante cualquier cosa.


Una regla básica de la terapia cognitiva conductual es que la mayoría de las veces nuestra conducta no responde tanto a los hechos en sí, sino a las interpretaciones que tenemos de los mismos. Beck lo ilustra de la siguiente forma: “Imagínate unas tablas de madera de 15 centímetros para caminar sobre ellas. Podés caminar a través de él tranquilamente. Incluso si está un poco alta en comparación al suelo, quizás te podés caer, pero rápidamente retomás el equilibrio y no pasa nada. Probablemente podrías caminar tranquilamente sobre el pasillo.


Ahora bien, si el pasillo estuviera a 30 metros sobre la altura del suelo, la mayoría de la gente no querría porque pensaría que es muy peligroso, dudan si podrían mantener el equilibrio o si sentirían mareos o vértigo una vez hayan avanzado unos pocos centímetros.” Aunque la barra esté a diferentes alturas, lo que activa la ansiedad es la percepción de peligro, es la forma de interpretar esa situación.


Los últimos factores a tener en cuenta, son los biológicos.


Quizás sea un buen momento para consultar con un profesional cuando registres que:


1. Cuando los razonamientos que se hacen a causa de la ansiedad no son razonables con la realidad (un peligro que no es real)


2. Hay un deterioro del funcionamiento, es decir, en la rutina normal, en los aspectos sociales, laborales e interpersonales, al estar en un estado de alerta constante, tanta ansiedad interfiere con la capacidad de experimentar una vida plena y satisfactoria.


3. Este estado de alarma y aprehensión es persistente y suele activarse con sólo pensar en una amenaza potencial inminente, independientemente de que llegue o no a materializarse. (El circuito de ansiedad se disparará tanto como si tengo un tigre al frente de mí como si me lo estuviera simplemente imaginando). Tal es así que, con frecuencia, los individuos propensos a la ansiedad experimentan mucha ansiedad a diario y durante muchos años.


4. Falsas alarmas de ansiedad en ausencia de estímulos y espontáneas: ataques de pánico.


5. Hipersensibilidad a los estímulos, percibidos como amenazas en las que la intensidad es relativamente leve y podría percibirse como inocuas.


¿CUÁNDO DEBERÍAMOS PREOCUPARNOS O PENSAR SI ESTAMOS HABLANDO DE UN TRASTORNO DE ANSIEDAD?


Podemos distinguir síntomas asociados a la ansiedad incluyendo: inquietud, imposibilidad de dejar a un lado una preocupación y estrés, sensación de nerviosismo, agitación o tensión, sensación de peligro inminente, pánico o catástrofe, aumento del ritmo cardíaco, respiración acelerada (hiperventilación), sudoración, temblores, sensación de debilidad o cansancio, problemas para concentrarse o para pensar en otra cosa que no sea la preocupación actual, entre otros.


Si llegamos a la conclusión de que el problema de ansiedad merece consideración, el primer paso puede ser acudir al médico de cabecera. Así obtendremos una valoración inicial del caso donde se contemple la conveniencia de ponerse en manos de especialistas.


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