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"Quiero perdonar y no puedo"

Seguramente todos hemos tenido alguna situación en nuestras vidas donde alguien nos ha dañado, o hizo algo que nos haya disgustado o herido. Perdonar puede resultar una tarea difícil, incluso luego de que la otra persona se haya disculpado. El enojo, la tristeza y otras emociones, pueden persistir por un tiempo considerable después de que hayamos sido lastimados. Estas emociones, si bien son información importante sobre lo que no nos gusta, a veces pueden nublar nuestra mente e impedir que podamos perdonar y permitir que las relaciones sigan adelante. Por eso, es importante tener en cuenta estos pasos a la hora de perdonar.


RECORDÁ EL DAÑO OBJETIVAMENTE

Sé objetivo y no juzgues lo ocurrido. Pensá exactamente en lo que pasó, siendo descriptivo. Tratá de apartarte de tus propias interpretaciones del hecho, y no atribuyas intenciones a lo que hizo la otra persona (ej., “lo hizo porque me odia”, “lo hizo porque le da envidia que me vaya mejor que a él”, “no quiere que yo sea feliz”).


Tené en cuenta que recordar eventos que te dañaron puede ser doloroso y el mero recuerdo puede disparar emociones. Por eso, mientras lo recordás, tomate tu tiempo y respirá lentamente, para reducir la activación emocional y poder ver los hechos con mayor claridad.


PONETE EN LOS ZAPATOS DE EL OTRO

¡¿Qué?! ¿Ponerse en el zapato de alguien que me dañó? Si, es una parte importante. Mantenerse empático es un paso muy difícil, y a la vez necesario. Tratar de comprender lo sucedido desde el punto de vista de la persona que nos dañó puede ayudarnos a entender por qué lo hizo. Creá una historia verosímil.


Es importante entender que otros pueden generar sufrimiento en nosotros, sin tener intenciones de hacerlo. Si otro experimenta emociones muy intensas, como enojo, preocupación o miedo, puede llegar a atacar o lastimarnos aunque seamos inocentes. Son actos que cometemos por situaciones difíciles, que en condiciones de tranquilidad no haríamos.


ALTRUISMO